-¿Por qué vives triste en este castillo de cristal?- Se preguntó a si misma, mientras veía el espejo del baño, empañado. Algo dudosa, puso su mano pa aclararlo... pero no le gustó lo que observó.
-Te detesto- se dijo a si misma... y se soltó el cabello...
En su pieza comenzó a vestirse, mientras recordaba aquellos días felices, en donde solo importaba jugar... pero por más que lo deseara... nada volvería a ser igual que antes...
-Sangre... aún huele a sangre- pensó para sus adentros, ahora rememorando unas horas atras. -Oh... estoy can..sa..- no alcanzó a terminar la frase cuando cayó desmayada.
Al abrir los ojos se vió en su palacio de cristal... pero, allo en los asientos se veía a si misma, y a esa sucia perra.
¿Que pasaba allí?... La hora era la acordada, pero... ¿porqué estaba ahí también?
Se retiro a un rincón y espero a ver que sucedía, su otro yo se dirigía a la cocina, al volver, vio bajo la bandeja un gran cuchillo...
-Claro, como estaba planeado- dijo, y en cosa de segundos, el corazón de esa maldita impura fue perforado... no una ni dos, sino todas las veces que sufrió la pequeña princesa por culpa de esa mujer...
-¡¡Sufre, sucia rata, sufre!!- gritaba desesperadamente.
Seguramente ya estaba muerta, pero seguía con los ojos abiertos para que su alma se escapara, mientras que de su boca salió un ultimo aliento, en ese instante, la princesa se detuvo...
-Siempre quise verte asi, con el sufrimeinto plasmado en tu rostro... y muerta-
Y ahora, ¿que haría? ¿limpiar?. Hiciera lo que hiciera, habria de actuar rápida y cautelosamente, lo mas sencillo que se le ocurrió, fue descuartizarla... procedió con el trabajo y enterró sus partes separadas... muy separadas, otro par, al camión de la basura, ¿quién sospecharía de bolsas negras olor limón?
Ahora más tranquila, pensó que lo mejor, era borrar las huellas de su cuerpo y se fue a duchar. Mientras sentía el agua caer sobre su cabello y sobre su cuerpo, comenzó a sentir un cosquilleo que se volvía frío y la inmovilizaba... finalmente, cayó inconciente sientiendo timidamente el agua por su rostro...
Al volver a abrir los ojos, estaba su victima en el suelo, y ella cubierta en su sangre.
Ya no se asustó, ni siquiera se inmuto, su inconciente le habia mostrado que hacer... pero antes de seguir su inconciente plan, le susurró al cuerpo inerte...
-He sido una mala princesita... pero será un secreto entre tu y yo... ¿si?-
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