Mosquitos

La luz se filtró por entre la reja y posándose sobre su brazo izquierdo la hizo dar un respingo.
-¡Jesús! -chilló -Creí que el Diablo se cobraba la apuesta de ayer...


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¿Estarás aquí cuando el sol te pierda el rastro? ¿o estarás allá mojando sus sabanas y haciéndola sonreír? Procurando que de su boca se escape la orquesta perfecta de cantos lujuriosos e intentando que tu cumbre y la de ella lleguen al mismo tiempo, fundiéndose en uno... aún sabiendo que es imposible, porque Huxley así lo dice...

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Me gusta esto, que estés pero no al mismo tiempo...
Me gusta esta sensación de desconexión, de tenerte al lado y saber que no estas ahí para mi, es extraño y complejo el porque no lloro tu recuerdo... aunque ahora bien que lo sé.

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Lo malo de escribir mentalmente es que olvidas, porque al no escribirlo con sangre, lo haces en una ventana empañada (¿de los desesperados deseos de escribir y retenerlo?) donde al más mínimo cambio externo o interno (del autor) la obra maestra se deshace por completo...

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Tú, el extraño chispazo que enciende mis deseos... tu rostro, bañado por la luz del atardecer, tu frente coronada por el ébano, esas ojeras marcadas, tus párpados que cubren las ventanas de tu alma... y el cansancio al respirar... tu postura un poco alerta, las mangas recogidas en los codos...
Eres absolutamente deseable, pero hay un frío vidrio que nos separa... Te sobresaltas y encuentras mi mirada al otro lado del espejo, me regalas tu mejor sonrisa... ya te vas...

lunes, 29 de marzo de 2010

Bailan al son de la tristeza...

Hoy siento miedo, porque creo que te he olvidado...
pero no duele, pero es tan fácil
...que parece mentira...


A veces juego a ser Dios, pero me sale al revés, me parece mucho que el Diablo me creó a mi y no yo a él.

Estaba acostumbrada a tu aroma, a la desesperación de tus caricias, a la miel de tus labios...
Dime ¿qué queda ahora que ya no respiras?

Entonces lentamente las partes que cortaste fueron obedeciendo a la gravedad, tintineando en el suelo al estrellarse contra él...
-¿Me amas?
Rió -Nunca podría -dijo.
Exhalé, y la última de esas piezas cayó al vacío...

Mientras el avivaba el fuego, ella sorbía el café, humeante en la penumbra. Concluida la tarea, reclinó la espalda en la silla y esperó.
Soltó una risita nerviosa al tiempo que decía
-Pensé que no serías capaz de decirme que él no era bueno para mi...

jueves, 18 de marzo de 2010

Hasta ayer

Llantinas nocturnas mejoran la calidad de la piel.

Consulte con su proveedor más cercano.

Ya no quiero el bálsamo de tus labios
no.
Ya no quiero que tus manos se fundan en mi ser
no.
Ya no quiero perderme en la espesura de tus ojos
no.

Porque solo consigo empuñar el cuchillo y clavarlo mas hondo...
¿sabes cuánto duele?
Oh no, no lo sabes
Porque nadie te ha roto en pedacitos
Porque nadie ha escupido en tu cara un "no te quiero"
...no.

martes, 16 de marzo de 2010

Lady Chatterley's Lover

Pero él se apartó finalmente, y la besó y la tapó y empezó a taparse él mismo. Permaneció tumbada contemplando las ramas del árbol, incapaz aún de moverse. Él se puso de pie y se abrochó los pantalones, mirando alrededor. Todo era denso y silencioso, a excepción del perro estupefacto que yacía con el hocico entre las patas. Él volvió a sentarse en el matorral, cogiéndola de la mano en silencio.

Ella se dio la vuelta y le miró.
-Esta vez nos hemos corrido juntos -dijo él.
Ella no contestó.
Está bien cuando ocurre eso. La mayoría de las gentes viven hasta el final sin enterarse -dijo, un tanto soñadoramente.
Ella contempló su rostro cavilante.
-¿De verdad? -dijo-. ¿Estás contento?
Se volvió mirándola a los ojos.
-Contento -dijo-, si, pero no importa. -No quería que ella hablase. Y se inclinó y la besó, y ella sintió que así tenía que besarla para siempre.
Por fin ella se sentó.
-¿Es que la gente por lo general no se corre a la vez? -preguntó con ingenua curiosidad.
-Buena parte de ellos, jamás. Se les nota por su aspecto descarnado. -Hablaba contra su voluntad, arrepintiéndose de haber empezado.
-¿Te has corrido así con otras mujeres?
La miró divertido.
-No sé -dijo- No lo sé.
Y ella supo que él nunca le diría nada que no quisiera decirle. Se fijó en su cara, y la pasión por él la conmovió hasta las entrañas. Se resistió todo lo que pudo, porque aquello era tanto como perderse ante si misma.

viernes, 12 de marzo de 2010